Especificar los sangrados de una maquetación es uno de los ajustes más importantes en el diseño de una revista, catálogo o publicación impresa, y forma parte del conjunto de actividades a tener en cuenta en el llamado arte final del proyecto
Qué es y para qué sirven los sangrados
El sangrado surge por una necesidad técnica, al tener que adaptar el diseño de las páginas, a la maquinaria de impresión y corte, ya sea en offset o en digital. Cuando llevamos, por ejemplo, una imagen hasta el borde del formato, comúnmente conocido como «imagen a sangre», hemos de tener en cuenta que cuando en la imprenta se produzca el corte del formato, éste tiene un margen de error, teniendo en cuenta que el corte va a «consumir» un pequeño porcentaje de papel.
Mediante el establecimiento de sangrado, conseguimos absorber dichos errores, y permitimos que las imágenes que tenemos en nuestro diseño a sangre, aparezcan correctamente en su versión impresa.
Ajustar el sangrado
Los sangrados son, por tanto, unas marcas que se ubicarán más allá de los límites del papel, a una distancia, generalmente equitativa para todos los laterales, y que representará nuestro límite para aquellas imágenes que hayamos previsto disponer a sangre.
Así pues, previo a la maquetación, y como ajuste inicial, deberemos establecer un sangrado. Es conveniente que éste sea de al menos 2 mm, y suele ir hasta lo 5 mm. En este sentido, hay que tener en cuenta que a mayor sangrado, mayor cantidad de información de la imagen podrá perderse, por lo que hay que disponerla en el espacio previsto de forma que dicha distancia no constituya una merma en la comprensión de la imagen o en la composición general de la misma.
Adobe InDesign
En Adobe InDesign, nos dirigiremos a Ajustar Documento (Ctrl+Alt+P) dentro del menú Archivo, y emergerá una ventana con las siguientes opciones:
Como vemos, el programa nos permite introducir distintos valores para cada borde, aunque como he indicado, lo más usual es establecer un valor único para todos ellos. Si lo deseamos, con el icono que aparece a la derecha de los cuadros, podremos indicarle que se usará un valor para todos, o bien uno para cada uno.
QuarkXPress
Si en cambio, trabajas con QuarkXPress, el procedimiento es igual de sencillo, tan solo debes dirigirte igualmente al menú de Archivo, y en este caso abriremos la ventana correspondiente a Imprimir, donde tendremos:
Como vemos en la imagen, existe un listado a la izquierda de la ventana, donde tendremos la opción «Sangrar». Cuando seleccionamos dicha opción nos aparece el menú contextual, donde tendremos un desplegable con los tipos de sangrados. En QuarkXPress, podremos especificar si lo queremos simétrico o asimétrico, para indicar un valor a todos los bordes, o diferentes valores, respectivamente.
Una vez ajustado el documento, le indicaremos «Guardar ajustes» que es el botón que se sitúa en la esquina inferior derecha del cuadro de opciones.
Diseñar con las marcas de sangre
Una vez establecidos los valores correspondientes de sangrados, tendremos preparado el documento (junto con el resto de configuraciones pertinentes) para iniciar la maquetación.
Para ello veremos que nos habrán aparecido nuevas marcas, paralelas al formato, y a la distancia que hayamos indicado, y que representarán los límites para las imágenes a colocar a sangre. Como vemos, hemos de disponer manualmente cada imagen o dibujo o esquema de forma que alcance dichos límites, para que al exportar a pdf, por ejemplo, nos muestre el documento de la forma en la que lo necesita la imprenta.
En este ejemplo, se muestra cómo se representan dichas marcas, en el producto exportado. En las esquinas se observan un par de marcas interiores que delimitan el corte, o el formato, y otro par exteriores que delimitan el sangrado. como se ve, la imagen se lleva hasta estas marcas si queremos que se imprima hasta el borde:
Finalmente, quería agradecer a Jordi, de la imprenta Gràfic Impresors, de Ontinyent, con quien tuve la oportunidad de aprender éstas y otras triquiñuelas sobre el mundo de la impresión y artes finales.